Lo primero que le dije es que entendíamos como “el éxito”. Según la RAE lo define de 3 formas:
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.
Resumiendo, el éxito es la capacidad de conseguir los objetivos y las metas
propuestas, entendiendo que en ella se aúnan las anteriores decidimos trabajar
sobre ella y, bajo esta premisa,
reformulamos la pregunta de la siguiente manera: “¿qué tienes que hacer para
conseguir tus objetivos?
Desde mi punto de vista hay 3 factores decisivos: Metodología, Motivación y
Movimiento. Decía Gary Player, jugador profesional de golf: “cuando más entreno
más suerte tengo”. Y eso es precisamente lo que pretende la teoría de las 3 M’s,
tener el entusiasmo, la voluntad y el conocimiento para enfrentarse y resolver
los problemas, pues sólo cuando resolvamos los problemas hallaremos el camino
del éxito. Y, la única realidad es que los problemas no van a desaparecer.
Metodología
Decía el empresario y conferenciante Jim Rohn que el
éxito no es otra cosa que la aplicación diaria de la disciplina. La
suerte existe, pero como bien explicaba Player, cuando más preparado estás más
fácil es que esté de tu lado. Y la única forma de prepararse es siguiendo una
metodología.
La metodología nos ayuda en el desarrollo de las
habilidades, en el control de los resultados, en la facilidad para distinguir
lo urgente de lo necesario y de lo imprescindible. En definitiva, la
metodología, nos ayuda a estructurarnos y, por lo tanto, a trabajar sobre
objetivos y metas. Leemos habitualmente que los objetivos (y sus indicadores de
medición - KPI) deben ser SMART (eSpecificos, Medibles, Alcanzables, Relevantes
y a Tiempo) pero sin una metodología que lo apoye no se podrá establecer el
proceso adecuado de seguimiento.
En definitiva, sin una metodología, sin hábito ni
disciplina, no podemos seguir el camino elegido.
“La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque lo lleva a realizar los
anhelos más profundos de su corazón” – Madre Teresa de Calcuta
Motivación
Y si la disciplina nos lleva a lo más profundo del corazón es,
precisamente, porque nos motiva. Napoleon Hill, referente en el mundo de la
superación personal, citaba lo
siguiente: “Un deseo débil trae resultados débiles, de
la misma manera que una pequeña cantidad de fuego crea poco calor”
El resultado que obtengamos está directamente asociado, como si fuera una
ecuación matemática, al empeño en conseguir nuestras metas. Con un efecto exponencial,
pues sólo los auténticos líderes son capaces de
transmitir pasión y la pasión ayuda, sobre los mimbres adecuados, a conseguir
resultados sorprendentes. La vida es demasiado corta para no sentirla y
sólo las cosas hechas con pasión y sentimiento nos llevan nuestro objetivo.
“El único modo de hacer un gran producto es amar lo que haces” – Steve Jobs
Movimiento
El último punto, pero no por ello el menos importante.
Decía Louise Hay que “todas las teorías del mundo son
inútiles a menos que haya acción”. Es cierto. Podemos establecer planes
perfectos, acciones de seguimiento específicas, y conseguir que la gente crea
en nuestro proyecto, pero sin movimiento, sin ejecución, no existen resultados.
Decía Jack Welch que “la visión sin acción es un
sueño. La acción sin visión es simplemente pasar el tiempo. Y la acción con
visión es una diferencia positiva”. La acción y la motivación correcta,
en el marco de una metodología adecuada nos permite saber qué hacer y cómo. El
movimiento es el origen de cualquier proceso de éxito, es fácil recordar aquello
de “prefiero pedir perdón a pedir permiso” o “te mueves o caducas”.
“Yo no creo en el fracaso. No es fracaso si te gustó el proceso” – Ophra Winfrey
La metodología nos debe dar disciplina y visión de la realidad, la
motivación nos ofrece entusiasmo y el movimiento la acción necesaria para
conseguir el éxito. En los entornos entrópicos, en los que el sistema no conoce
reglas, es precisamente donde más necesario es el modelo de 3M’s que explicamos
hoy.